Momentos oscuros

Días atrás pensé que la mujer quizá había vivido en Alemania o Francia o algún país donde los vecinos no se roban entre sí. A ella le atribuí la costumbre de adornar la entreplanta porque su felpudo es alegre, con dos vacas que se abrazan. Llamé una vez y bastó: ¿Quién es?

Para escribir un libro

Tras el incidente en el interior del autobús, entre los cuchicheos, un hombre que viaja solo en la parte trasera aprovecha la mirada de otro para decirle: “Los autobuses dan para escribir un libro”. Y lo que pudo acabar con una contestación cortés tipo: “ya ves”, “pues sí”, comenzó siendo una pieza improvisada del destino, para deleite de los demás pasajeros.

Deriva: sábado 9.15 a. m.

Durante el tiempo de espera en un semáforo dialogo con el señor que hay al otro lado del paso de peatones: un anciano en plena forma que viste pantalón de pinza marrón, camisa clara y gorra roja de regalo.

La gorda y el niño con vulva

Yo tenía ocho años cuando supe que era gorda. Hasta entonces no lo había imaginado siquiera, y eso que me gustaba mucho mirarme al espejo (porque gorda no era, pero presumida sí). Mi profesora de primaria propuso hacer un ejercicio que venía en el libro, teníamos que contestar uno a uno, en voz alta, la siguiente pregunta: “¿Eres grueso o delgado?”.

Mi vida empieza hoy

Así que ahora he encendido el ordenador y he cogido un folio en blanco, virgen, y no un folio sucio, mancillado (es una diferencia muy importante, que determina la importancia), y he escrito: “Fechas importantes”. Luego me he dicho: “Mi vida empieza hoy”, y me he acordado de la canción de Sergio Dalma. La he buscado en Google, y he comprobado que en realidad es “La vida empieza hoy” (mucho más genérico e impersonal).

Pido el poder y la palabra

“Por imperativo, abstención” suena ridículo, penoso, y busca la comprensión (dificilísima) por parte de quienes han soportado situaciones imperiosas durante los últimos años.

Gaviotas

Las gaviotas son unas hijas de puta. Las observo porque no me gustan, antes me daban igual, pero ahora opino que son crueles, territoriales y peligrosas. Palomas y gaviotas deambulan por la arena en busca de algo de comida, o simplemente pasan un rato de ocio, quién sabe.