El sueño de Vertov

Sueño 1

Exterior noche, en la puerta de algún bar. Son las dos de la mañana de un jueves, estoy cansada y me apoyo contra un muro. He perdido el hilo de la conversación, no sé si es más por el sueño o la cerveza. Un desconocido también tiene sueño, un sueño, y ha bebido cerveza. Junto a él, otra desconocida por mí. Se acercan y hablan con mis amigos. Ella habla, él creo que me graba. Creo que me graba y me pongo la mano en la nariz, para cubrir parte de mi rostro. Compruebo sutilmente si de verdad está grabándome: separo mi hombro de la pared y balanceo mi cuerpo hacia la derecha, hasta quedar tapada por la chica. Sí, sigue mi movimiento. Me graba. Si él no hubiera bebido al igual que yo y que todos nosotros, no me grabaría con descaro, sin miedo ni vergüenza, como si no le importara nada más que su sueño: el cine ojo. ¡Deja de grabarlo todo! Le grita ella a él, y se van. Él sigue grabando, la persigue con pasos cortos.

Sueño 2

Exterior noche, feria. Una vieja vendedora de globos está sentada en una silla de plástico. Dispara pompas de jabón al aire con una pistola. Un niño de unos cinco años armado con una espada de juguete acepta el duelo y se enfrenta a la vieja: se sitúa a un metro de ella y comienza a luchar contra las pompas de jabón. La familia del niño sigue hacia delante, y él se sacrifica por el bien de la humanidad. Observo la escena y deseo tener una cámara en el ojo. Sé que jamás esto volverá a repetirse, aunque quisiera recrearlo. Su madre se da cuenta rápidamente de que el niño se ha quedado atrás, y le grita sin contener la risa ¡Niño, venga!

Sueño 3

Me gustaría exportar esta conversación en H264.

Visión apocalíptica

Google Glass cumplirá el sueño de Vertov y el de todos los cineastas tímidos.

Días de cine: Dziga Vertov y el cine-ojo.

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